Las ciudades inteligentes están cambiando el modo en que funcionará el desarrollo urbano en el próximo siglo, y las cosas no han hecho más que empezar. Las empresas pueden aprovechar el crecimiento y las oportunidades de estas ciudades, sobre todo en China, a medida que se afianza la infraestructura digital.
La Internet de los objetos (IoT) ofrece cada vez más opciones a los consumidores para facilitarles la vida mediante la conexión de dispositivos que piensan y actúan en función de sus preferencias y anticipan comportamientos.
Lo mismo está ocurriendo en ciudades de todo el mundo, cuyos dirigentes estudian cómo la aplicación de estos importantes cambios tecnológicos podría transformar sus ciudades en centros de trabajo de tecnología inteligente.
El objetivo es crear ciudades «inteligentes» que permitan a los ciudadanos trabajar, jugar, interactuar y viajar utilizando la tecnología en la mayor medida posible.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China define una ciudad inteligente como una «nueva idea y un nuevo modo de promover la planificación, construcción, gestión y servicio de ciudades inteligentes, utilizando Internet de las Cosas, computación en la nube, big data e integración de información geográfica espacial, etc.».
Una ciudad inteligente toma información de capas de servicios digitales y luego la utiliza para tomar mejores decisiones sobre cómo planificar una serie de servicios, como el transporte, la energía y la sanidad.
Por ejemplo, el Gobierno malasio y China Telecom Americas pusieron en marcha SMARTXP, un Centro de Experiencias de Ciudad Inteligente, que permitía a los ciudadanos acudir e interactuar con la tecnología, mostrando cómo funcionaría una ciudad inteligente de este tipo. Realidad virtual, pantallas y juegos interactivos mostraron cómo sería vivir en una ciudad inteligente.
Puede parecer un concepto futurista, pero ese futuro no está tan lejos como crees.
Como explica China Telecom Americas, tecnologías como las pasarelas domésticas inteligentes pueden convertir los hogares en casas inteligentes, permitiendo que múltiples dispositivos y aplicaciones controlen diversos aspectos cotidianos de un hogar, como los electrodomésticos de la cocina, las camas o incluso los enchufes, que pueden apagarse o encenderse.
«La tecnología está impregnando todos los aspectos de nuestra vida; sin embargo, ¿cómo podemos utilizar los dispositivos inteligentes que llevamos en la palma de la mano para mejorar nuestro nivel de vida?»
Cómo funciona una ciudad inteligente
La creación de una ciudad inteligente requiere una gran cantidad de infraestructuras. Por ejemplo, para prestar servicios digitales una ciudad debe ser capaz de desarrollar «capas» de infraestructura digital:
- Sensores: Cámaras, sensores y smartphones ayudan a recopilar datos de los usuarios. Esto puede ayudar a crear depósitos masivos de información que alimenten las capas posteriores, permitiendo una toma de decisiones mejor y más basada en los datos.
- Redes: Esta capa requiere asociarse con redes y proveedores locales de confianza, como las redes eléctricas, la propia Internet y las redes de telecomunicaciones para difundir y recopilar la información de los usuarios.
- Plataformas: Para prestar servicios inteligentes es necesario crear plataformas subyacentes, que requieren conocimientos especializados en seguridad, gestión de redes y tratamiento de la información. Esto requiere servicios en la nube sólidos y fiables de un proveedor de confianza que pueda garantizar la seguridad.
- Aplicaciones: Tanto si un ciudadano busca un horario de autobús que se actualiza en tiempo real para tener en cuenta el tráfico como si controla su propio consumo eléctrico, las aplicaciones tienen que alimentar la información recopilada en las tres categorías anteriores.
Estos avances son cruciales para expandir la actividad económica. Según el Primer Ministro malasio, Datuk Seri Najib Razak, la creación de experiencias como el centro SMARTXP, creado en colaboración con China Telecom Americas, ayudará a la gente a imaginar un futuro más conectado. Señala estudios que demuestran que el 90% de los malasios vivirán en ciudades en 2020.
«Por tanto, la demanda de infraestructuras para ciudades inteligentes será tremenda y vital», declaró al Malay Mail Online, declarando también su «satisfacción» por la creación del concepto SMARTXP.
Qué puede hacer una ciudad inteligente
Desde la perspectiva del ciudadano, los tipos de servicios que podría prestar una ciudad inteligente implicarían información sobre las actividades cotidianas. Tomar el transporte público, por ejemplo, sería una experiencia mucho más agradable con sensores en trenes y autobuses que proporcionaran información actualizada sobre su ubicación en tiempo real.
En Zhenjiang, los ciudadanos pueden pedir cita en el hospital y alquilar bicicletas desde sus smartphones. La información se envía a un «centro de control», que ayuda a los planificadores y operarios a reducir las ineficiencias. Mediante servicios en la nube, China seguirá desarrollando estas ciudades inteligentes.
Como explica el Consejo Empresarial Chino-Británico, las empresas de todo el mundo podrían encontrar oportunidades para digitalizar infraestructuras relacionadas con el transporte, el agua, la energía y la sanidad, junto con una necesidad de almacenamiento digital masivo.
Esta evolución podría suponer cambios sustanciales en la forma de dirigir y gestionar las ciudades en las próximas décadas. Como ha señalado el MIT en su propio análisis, los proveedores de telecomunicaciones como China Telecom están desempeñando un papel crucial en el desarrollo de las ciudades inteligentes.
«No sólo están ampliando la cobertura de su red y mejorando su calidad, sino también explorando nuevas tecnologías para construir nuevas capas de red».
Descubra cómo la tecnología está impulsando este desarrollo con la ayuda de proveedores de telecomunicaciones chinos de confianza como China Telecom Americas.